domingo, 25 de septiembre de 2016

ANIVERSARIO

LR 11 – Radio Universidad – “CANTO EN AZUL Y BLANCO”
Micro 68 – 25/09/2016


Con su licencia, paisanos! Acomodado en la cocina grande, junto a la ventana para tener mejor luz, mientras gustamos un mate, vamos a ver si compartimos versos “De mi señal… con su historia”


En noviembre de 1976, ese año trágico marcado por el horror según lo vimos después, como si nada pasara, me casé, decidiendo abandonar toda actividad vinculada al tradicionalismo y el folclore. Claro que como ya he contado en otro de estos encuentro, a mediados de 1979 retomé la actividad, y de ahí en adelante, he venido comprometiéndome cada vez más.
Volviendo al comienzo, reflexiono que el tiempo pasa más rápido de lo que uno cree, y así fue que cuatro años y medio después mi matrimonio se había agrandado con dos hijos.
Por entonces, se me cruza la ilustración de un libro realizada por Marenco, en la que se ve un matrimonio campero, en la cocina de un puesto, el hombre sentado con una niña en las piernas, y un gurisito gateando en el piso de tierra, mientras la patrona realiza los quehaceres de la próxima comida.
Aquella postal se me representó mi propia situación, y estando ya “orejiando” el quinto año de matrimonio, me dispuse escribirle a esa situación, como si mi familia fuese aquella que el pintor había reflejado en el papel de su trabajo.
Era una forma de hacerle un homenaje a mi mujer, mis hijos, y por qué no? a mí mismo.
Manos a la obra, no me costó mucho componer las seis décimas que le dan cuerpo a este verso que me resulta simpático y querendón, y que espero de la misma manera le resulte a los oyentes.
“Aniversario” lleva por título, y dice del siguiente modo:

   ANIVERSARIO

Hace cinco años, “mi negra”,
pialamos los corazones,
y el baruyo’e dos pichones
a nuestro nido hoy alegra;
ese buyicio reintegra
lo que’l cansancio nos quita,
yo ensiyo y de mañanita
ya me largo a trajinar,
y vos hacés en tu andar
lo que’l rancho necesita.

 Amasás el pan casero;
le echás máiz a las gayinas;
lavás en la vieja tina
la ropa con mucho esmero,
prieparás un güen puchero
pa’ la hora’e la comida;
volcás agua en la bebida,
a los chicos vigilás,
una lechera ordeñás
y hervís la leche enseguida.

 Yo enfrento el trabajo diario
saliendo de recorrida:
levantando una parida…
cueriando si es necesario;
arreglando -anque precario-
si se ha roto un alambrao;
también curo un abichao
y hasta si se ofrece amanso,
¡porque’s pa’l crioyo un descanso
el trabajar bien montao!

Y esas tardes que a las casa’
pego la güelta temprano,
deseguida tengo a mano
la mazeta y la mordaza,
porque un güen crioyo reemplaza
las pilchas que’stán bichocas,
y anque mis manos son tiocas
pa’l trabajo delicao,
las sogas de mi recao
son guasas… ¡pero no pocas!
  
Cuando estoy entretenido
intentando una costura,
remojo la cebadura
matiando como al descuido;
la hija mayor hace nido
cerca mío, en la cocina,
demientras que con harina,
con agua salada y grasa,
unas tortas frita’amasa
mi prienda, gentil y fina.
  
Que hoy cinco… Mañana diez…
Ansí se pasan los años,
endemientras te acompaño
y vos a mi, ya lo vez.
Pasará el tiempo y dispués
crecidos, se irán los hijos.
¿Pero… que diantres me aflijo!
si hace cinco años apenas
¡que a un amor hecho cadena
nos hemos uncido fijo!
                                 (25/07/1981)

Carlos Raúl Risso E.-

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